Orikel. Oliver y Aubree

Hola a todos. Después de varios meses sin actualizar el blog, hoy os traigo la reseña de una novela que he estado leyendo durante estos meses de verano. Se trata de Orikel. Oliver y Aubree, una obra de la escritora Isabel Collazo González, publicada por la editorial Hela ediciones.

                                                           SINOPSIS 


Oliver tiene diecisiete años y vive en una pequeña ciudad llamada Luria. Su día a día no es tan diferente del de cualquier adolescente: levantarse, discutir con Aubree, ir al instituto, volver a discutir con Aubree, regresar a casa… Y salvar la ciudad siendo Orikel, el héroe del que todo el mundo habla. Pero hasta los héroes más valientes necesitan ayuda, aunque signifique tener que mentir a la persona que te cura las heridas noche tras noche.

Ser compañeros es más complicado de lo que pueda parecer, pero cuando confías ciegamente en alguien, eres capaz hasta de saltar al vacío sin importar las consecuencias. Es ahora cuando deberán poner a prueba esa confianza: Hestia ha regresado.

Los héroes lloran, los héroes sangran y, sobre todo, los héroes también mueren.



RESEÑA

Decidí comprar esta novela desde que vi la portada porque el personaje masculino me recordaba a Cat Noir (esto fue sin saber todavía que se trataba de una novela que comenzó cómo un fanfic de Ladybug), así que mi lectura ha estado muy condicionada por la serie y por mi condición de fan, lo cual no sé si ha influido de manera positiva o negativa en mi visión de la historia y los personajes, pero...¡Allá vamos!
Isabel nos presenta una historia de superhéroes en la vida real. A pesar de que la ciudad donde transcurren los acontecimientos no existe (creo) en nuestro mundo, realmente podría ser una ciudad cualquiera, la ciudad en la que vivimos cada uno de los lectores. Este hecho, sin duda, nos ayuda a acercarnos tanto a los personajes como a las circunstancias que los rodean. Son personas comunes que van al instituto o al trabajo, tienen conflictos, problemas familiares y se levantan día tras día para enfrentarse a todo tipo de situaciones corrientes. Esa es la parte más humana de Oliver y Aubree. Y después está la otra parte, la sobrenatural, porque Oliver también es Orikel, y tiene problemas un tanto diferentes a los del resto de seres humanos. La autora nos introduce de lleno en esta mitología creada por ella misma, sin dar al principio demasiadas explicaciones sobre qué es Orikel o quién es Weespe, el pequeño fuego fauto que la acompaña. Mi mente sin poder evitarlo volaba continuamente a la imagen de Adrien y Plagg, motivo por el cual, probablemente, he conectado mucho más con este personaje que con Aubree. En realidad sentía que a Oliver lo conocía desde hacia ya bastante tiempo gracias a la serie de televisión.
Aubree me resultaba insoportable al inicio (sorry xD), pero poco a poco va cambiando en el transcurso de la novela y hacia la mitad, y sobre todo al final, he logrado conectar también con ella. Creo que tiene un carácter fuerte y para mi gusto es demasiado arisca con Oliver. Se trata de una relación de amistad a la que me ha costado cogerle el punto, aunque al final de la novela lo he conseguido.
Respecto al ritmo de la obra algunos capítulos me han resultado demasiado lentos (horas de estudio, exámenes, anécdotas familiares y del instituto) y otros me han encantado. Las escenas de acción me han parecido maravillosas. Isabel logra transmitir la tensión y la angustia de los personajes en todo momento y he disfrutado mucho de este tipo de escenas, así como de la denuncia social que tiene lugar en la mayoría de ellas. No se trata de un discurso simple, sino de un discurso cargado de crítica social que nos hace reflexionar sobre los problemas y los crimenes que tienen lugar en cualquier ciudad del mundo. Si tuviera que quedarme con una sola escena de la novela sería la del niño sosteniendo una pistola. Estremecedora. (Y no digo nada más para no contar spoilers). Por otra parte, los capítulos dedicados al instituto o a la familia pueden resultar un tanto tediosos (especialmente si estás deseando llegar a las escenas de acción como me ocurría a mí), pero creo que son necesarios para construir el entramado de relaciones que conducen hacia el final. Sin esas escenas, el final de la historia no sería tan impactante ni conmovedor porque la conexión entre los personajes se ha ido cociendo a fuego muy lento a lo largo de la historia. Aunque en un primer momento la historia puede recordar mucho a Ladybug, poco a poco vamos descubriendo que la autora ha creado su propia historia de fondo con una mitología y personajes que poco o nada tienen que ver con la serie de televisión.
Lo que más me ha gustado de la novela es, sin duda, la dimensión humana que adquieren los héroes. Son seres humanos que sufren, se equivocan, lloran, discuten y gritan de dolor. Cualquiera de nosotros podría ser un héroe porque después de todo el traje es solo un traje.
En resumen, si os gustan las historias de superhéroes cargadas de amistad, acción y romance no os podéis perder la historia de Orikel. Oliver y Aubree porque estoy segura de que os encantará (y si sois fans de Adrien o Cat Noir muchísimo más).

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