Lecturas de la infancia

Hoy estoy un poco melancólica por lo que he decidido dedicar esta entrada de blog a mis lecturas de la infancia, a esos libros (y revistas) que despertaron mi interés por la lectura y mi pasión por la escritura. Tal vez os sorprenda un poco saber que en esta lista no está la saga Harry Potter ni Memorias de idhun. La primera la estoy leyendo ahora por primera vez (solo he visto las películas) y la segunda la tengo pendiente. A pesar de esto, entre las páginas de mis lecturas también hay magia y bastantes brujas.

¡¡Empecemos!!

Los primeros libros que recuerdo haber leído pertenecían a la colección Leo, leo. Con frecuencia, iba a la biblioteca de mi ciudad a buscarlos. Se trataba de una biblioteca muy pequeña situada al final de una calle en forma de caracol, o al menos a mí me parecía que tenía forma de caracol. En cuánto tenía un nuevo libro o revista de esta colección en las manos, pasaba las páginas rápidamente para leer el cómic del final. Después ya me detenía con la historia principal.

Otras lecturas de mi infancia fueron los típicos cuentos infantiles: Blancanieves, Caperucita Roja, La Sirenita, El gato con botas, Los tres cerditos, etc. Tenía esas ediciones que podías conseguir en cualquier tienda de "20 duros" y que todavía hoy en día se encuentran en este tipo de comercios. Junto a estos cuentos más clásicos, tenía un libro de historias titulado: "365 cuentos. Uno para cada día del año". Al principio comencé a leer un cuento cada día para ser rigurosa con el título, pero finalmente me acabé el libro en unos pocos días. Leer un cuento de media página al día, no me llenaba lo suficiente 😢

En uno de mis cumpleaños, no recuerdo cuál, mi tía me regaló una colección de libros de El Barco de Vapor. Creo que son los libros que más veces he releído en mi vida. A pesar de que todos me encantaban, tenía y tengo un libro favorito de esta colección: "Gran-Lobo-Salvaje" de René Escudié. La historia comienza con una familia que abre la puerta de su coche y abandona en la carretera a un cachorro de perro porque les sobra, quieren irse de vacaciones y el animal no entra en sus planes (yo en este punto ya estaba llorando y solo era la primera hoja). A partir de este momento, los lectores acompañamos a Tritus, el cachorro, en sus aventuras junto a otros perros callejeros. Supongo que mi amor por los animales, junto al hecho de que yo en aquella época también tenía un perro, influyeron en la forma en la que este cuento me afectó y quedó grabado en mi memoria hasta el día de hoy. Si tuviera que escoger el libro que menos me gustó de esa colección mencionaría "Las hadas verdes" de Agustín Fernández Paz. El libro era precioso, todo hay que decirlo, pero demasiado triste para mí. Tras un incendio que desola el bosque del Castro, Diana se encarga de cuidar a una pequeña hada que ha sobrevivido a las llamas. La historia es bonita y conmovedora; pero la ambientación triste, lúgubre, vista a través del dolor de la catástrofe no llegó a convencerme. Posiblemente mi opinión sobre este libro cambiaría si lo leyera hoy en día, pues ahora me gustan más las cosas que dan "mal rollo". Para bien o para mal la historia y la ambientación del cuento también me marcaron y creo que el recuerdo que tengo de esta lectura está muy presente en algunos relatos que he escrito actualmente.

"Tú no eliges a los libros, ellos te eligen a ti."

Creo que está frase es muy apropiada para contaros la historia del libro que viene a continuación. Se trata de un libro de lectura de Senda que utilizaba mi madre cuando iba al colegio, el cual se caracteriza por tener relatos cortos y poemas de diferentes autores. Durante algunos años utilizamos el libro para hacer dictados, ya que era una de las actividades que me mandaban como deberes de clase. Las historias de este libro me encantaban y todavía sigo sabiéndome muchas de ella casi de memoria. A pesar del aprecio que le teníamos las dos, el libro terminó en la basura. Sí, habéis leído bien. Debido al uso continuado que le dábamos para hacer dictados, las hojas del libro comenzaron a soltarse y mi abuela (que vino a ocuparse de la casa durante unas semanas porque habían operado a mi madre) decidió tirar el libro. ¡Menudo disgusto! ¡Nuestro libro! Mi madre empezó a buscarlo por todas las librerías y centros comerciales, pero ya no lo vendían en ningún sitio. Era demasiado antiguo y estaba más que descatalogado. Bien, agarraos bien fuerte a la silla que se acerca el milagro. 
Tras pasar más de un año buscando el dichoso libro, comenzamos a perder la esperanza. Lo habíamos perdido para siempre o eso creíamos. Un día lluvioso, mientras mi madre volvía a casa (le quedaban solo dos calles para llegar) vio de lejos un libro de Lectura de Senda, tirado en un descampado y con las hojas empapadas. Para que os hagáis una idea hay como 8 libros de lectura de Senda y podría haber sido cualquiera de ellos. Fue el nuestro. Bueno, el nuestro no, pero uno igualito al nuestro sí. Mi madre lo rescató de la lluvia y desde entonces lo tenemos guardado en casa. Además, este tiene todas las hojas en su sitio 😋 Dos días después de que lo encontráramos cerraron el descampado con una valla y desde entonces ya no se puede acceder a ese terreno. Todavía no sé si llamarlo suerte o cosa del destino. Voy a poneros mi poema preferido de todos los que contiene:

¡LLEGAN LAS BRUJAS!

A mí siempre me han entusiasmado los temas relacionados con la magia. Prueba de ello es que dos de las sagas de libros y revistas más importantes de mi vida están protagonizadas por brujas: Kika Superbruja y W.I.T.C.H. ¿Las conocéis? La primera de ellas trata sobre una niña llamada Kika que se encuentra un libro mágico en su habitación, debajo de la cama, el cual le permite viajar por el tiempo siempre y cuando tenga un objeto de la época a la que desea viajar. Yo quería y quiero un libro mágico como el suyo 💗. El caso es que en cada libro Kika se metía en un lío del que conseguía salir airosa gracias a la magia. El primer libro que leí de esta saga fue: Kika Superbruja y la ciudad sumergida. Lo compré en la feria del libro y me gustó tanto que cada Navidad y/o cumpleaños pedía un nuevo libro de Kika. Yo quería tener la colección completa, pero crecí...Kika no creció y sus aventuras continuaron sin mí; aunque todavía conservo todos los libros que me compraron. Me resulta muy difícil elegir un libro favorito de Kika Superbruja porque me gustaban todos, pero probablemente "La ciudad sumergida", por ser el primero, tiene un rinconcito especial en mi corazón.

Después de Kika vinieron más brujas a inundar mi vida. Y es que W.I.T.C.H. no solo inundó mi vida, sino también mi habitación. Tenía todo lo que salía al mercado de estas cinco brujas: revistas, libros, álbumes de cromos, estuches, mochilas, mantas, joyeros, colgantes, muñecas, tazas...Lo que viene a ser TODO. Marcaron mi vida de una manera muy significativa, me atrevería a decir que fue (junto con Embrujadas) la primera vez que surgió mi vena fangirl. Esa vena que ya nunca se ha escondido y que me hace obsesionarme con muchas cosas 😂 Para los que no sepáis de que trata W.I.T.C.H., la historia comienza con cinco chicas de instituto que descubren que poseen poderes mágicos. Cada una de ellas controla un poder (tierra, agua, fuego, viento) y la líder controla la energía, que era algo así cómo el poder más guay de todos que, además, le permitía hablar con los electrodomésticos. Al inicio de la historia las cinco tienen que utilizar sus poderes para salvar la ciudad de Meridian y se hacen llamar "las guardianas". Conforme los cómics avanzan, las misiones cambian y aparecen nuevos villanos y nuevos mundo mágicos. Tampoco podían faltar los conflictos amorosos e historias de instituto que en su momento me fascinaban. Algún día reeleré los cómics que tengo en la estantería. Llegó un momento en el que las revistas se volvieron muy caras y dejaron de comprármelas 😌 De todos modos, las últimos nunca llegaron a España.

El último libro del que voy a hablar se titula Fairy Oak: El secreto de las gemelas. Recuerdo que este libro me lo compré "porqué sí", es decir no fue en Navidad, ni en mi cumpleaños ni en ninguna feria del libro. Lo vi en una tienda y me llamó la atención la portada, pero es que además su sinopsis comenzaba de la siguiente manera: "De la creadora de W.I.T.C.H...." Así que ya os podéis imaginar que por aquella época todo lo que contuviera esa palabra debía ser mío. No recuerdo bien la historia pero sé que estaba protagonizada por dos gemelas (fácil, lo pone en el título 😅) y también sé que este es el primer libro de una trilogía que nunca llegue a leer completa. Vainilla y Pervinca son dos gemelas que nacieron con unos minutos de diferencia, por lo que una es una bruja de oscuridad y otra una bruja de luz. A pesar de no haber leído la historia completa de Fairy Oak, tuve una época de mi vida en la que me obsesioné con estos dos personajes. En casi todos mis relatos o proyectos de historias (de esas que nunca llegaron a nada y siguen garabateadas en hojas de libreta) aparecían dos hermanas pelirrojas. La culpa de esto la tuvieron las ilustraciones del libro que todavía me obsesionan a día de hoy. Me parecen verdaderas obras de arte. Así que si algún día leéis algo escrito por mí en el que aparecen dos hermanas gemelas de cabello rojizo, probablemente sean Vainilla y Pervinca que no han podido vencer la tentación de colarse en mi memoria y vivir entre mis palabras.

En marzo de este año salen nuevas ediciones de Fairy Oak y posiblemente compré los dos libros que me quedan para saber cómo termina la historia y tener las ilustraciones en papel y a todo color. Creo que las demás historias secundarias como "Flox de los colores" o "Los hechiceros días de Sherley" también caerán tarde o temprano. 

Por supuesto en mi infancia leí muchísimos más libros de los que os he enseñado en este post, pero estos fueron los que más recuerdo y los que me abrieron el camino hacia la literatura. Ya en la adolescencia leí algunos libros de Laura Gallego y Carlos Ruiz Zafón (entre otros) a los que tal vez les dedique otra entrada de blog algún día de estos.

Y vosotros, ¿habéis leído alguno de estos libros? ¿Cuáles son vuestras lecturas de la infancia? Podéis contarme lo que queráis en los comentarios 😉