No hay rosas sin espinas

Hoy os traigo la reseña de "No hay rosas sin espinas", una novela de Rebeca Cid Vela que he devorado en pocos días y de la que tengo muchas ganas de hablaros. En primer lugar, quiero dar las gracias a la editorial Pluma de Cristal por haber realizado el sorteo que me permitió ganar y poder leer esta obra. 

  
 SINOPSIS




Que comience la caza 

Tras la desaparición de sus padres, Danna descubre que es una cazadora de demonios y que, además, se le da bastante bien. Ahora persigue a esos monstruos por todas partes y, al mismo tiempo, busca a sus padres aunque siempre los sienta lejos. Pero, de repente, el misterioso Lander aparece de la nada y le propone un trato que no puede rechazar. Lo que Danna no sabe es que, mientras ella se centra en encontrar a su familia, el demonio más peligroso de la historia pretende acabar con la humanidad.







RESEÑA

Me encuentro ante uno de esos casos en los que me resulta complicado hablar de la novela sin romper la magia porque hay muchos, MUCHOS secretos. La autora juega con el lector desde las primeras páginas, porque te hace creer que la trama va por un lado, que más tarde compruebas que no es el que pensabas. Así que os puedo asegurar que vais a llevaros más de una sorpresa mientras os adentráis en la historia creada por Rebeca Cid. En mi opinión, se trata de una novela fácil de leer (que no por ello fácil de escribir) por cuatro motivos principales: la narrativa es fluida, la estructura (estructurada en tres partes) está bien lograda, los personajes son maravillosos y la trama atrapa. 

Danna, la protagonista de la novela, es una joven fuerte y muy decidida que tiene como misión encontrar a sus padres, aunque no lo tendrá nada fácil, debido a que un montón de demonios se interpondrán en su propósito. Lo que más me ha gustado de este personaje es su perseverancia. Después de cada batalla, Danna se levanta e insiste en que hay que seguir hacia delante. Duele, tanto exteriormente como interiormente, pero no puede dejar que ese dolor la paraliza. Hay que seguir. 
Por otro lado, encontramos al personaje de Lander que es mi favorito. A pesar de que admiro mucho a Danna, no puedo negar que Lander reune todos los requisitos de mis personajes favoritos. Chico moreno, misterioso, con una parte oscura, pero un corazón de oro. Estoy COMPRADÍSIMA. 😂 Las páginas en las que están juntos, ya sea mirando una noche estrella desde un balcón o peleando codo con codo, son pura magia. Danna y Lander tienen mucha química, se compenetran a la perfección, pero no son perfectos y eso, justamente, es lo que les hace tan maravillosos. Tienen momentos buenos, pero también discuten y hablan para solucionar sus diferencias. Otro de mis personajes favoritos es Carter. Me hubiera gustado saber más cosas de él porque tiene una personalidad arrolladora y muy divertida. 

Por su parte, los villanos son fríos, crueles, egoístas y dan miedo o, más bien, dan ganas de querer pegarles un puñetazo en la cara. Uno de ellos protagoniza la que, probablemente, sea la escena más difícil y cruda de la novela. La impotencia que sentí leyéndola fue enorme. No quiero desvelar demasiados detalles sobre ella, pero creo que la autora ha sabido reflejar perfectamente el miedo y el trauma que provoca vivir una experiencia como la que sufre la protagonista. Ese sentimiento de culpabilidad que no debería atormentarla, porque realmente no es su culpa, pero que lo hace igualmente. Cuando leáis la novela comprenderéis de que hablo. Es una escena dura y un navajazo de realidad.

En mi opinión, el mayor fallo de la novela es no tener más páginas. Rebeca Cid crea un mundo complejo con diversos tipos de demonios y me gustaría saber más cosas acerca de todos ellos. La obra tiene muchos aspectos que podrían explotarse con mayor profundidad porque hay material por todas partes. Por ejemplo, me hubiera gustado conocer mejor el origen de la piedra que protege a Danna y todas sus posibilidades mágicas. ¿Tal vez en una segunda parte? Espero que sí. 

En cuanto al estilo, ya he mencionado que es una novela sencilla de leer que devoraréis en pocos días. Tal vez, yo cambiaría la aparición de algunas repeticiones o la utilización de la palabra "hacer", en algunos casos, por alguna palabra un poco más técnica. Pero son preferencias personales, puntuales y que no entorpecen en absoluto el ritmo de la lectura. Estoy segura de que Rebeca Cid continuará trabajando duro en sus próximas novelas y  mejorará estos aspectos que pueden quedar un poco en el aire.

En conclusión, "No hay rosas sin espinas" es una novela muy interesante que deja un buen sabor de boca y tiene unos personajes que cautivan al lector. Espero que no sea el final de las aventuras de Danna, Lander, Marcus y Carter porque creo que todavía tienen muchas cosas que contarnos. 


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