La chocolatería más dulce de París

Sin embargo, el principio de la historia no era lo que yo me esperaba. Con un tono bastante coloquial la autora nos presenta a Anna Trent, una mujer que a los 30 años de edad pierde tres dedos del pie a causa de un accidente laboral. Una forma un tanto curiosa de comenzar un libro, ¿no? A pesar de que las primeras páginas no me conquistaron decidí darle una oportunidad a la novela y estoy muy feliz de haberlo hecho.
Anna Trent se encuentra en el hospital con su antigua profesora de Francés, Claire, una mujer que está enferma de cáncer y que trata de amenizar, con algunas clases de este idioma, las duras horas de aburrimiento que ambas deben sufrir. De esta forma Anna mejora su francés y Claire le propone trabajar en París en verano para salir del pequeño pueblo en el que viven y conocer otra cultura. A partir de este momento, el libro nos narra la vida de Claire cuando era joven. Con 17 años la ex-profesora viajó a París y conoció a un hombre del que se enamoró, y al cual desea volver a ver antes de morir. La historia de su pasado se entremezcla con el presente de Anna que acepta la propuesta de la mujer y viaja hasta París, donde se encontrará con toda una serie de personajes y lugares que formaron parte de la vida de Claire durante los meses del verano de 1972.
Una misma ciudad en dos épocas distintas, y dos mujeres que experimentarán el placer del chocolate y del amor en historias separadas por el tiempo pero plagadas de paralelismos. ¿Logrará Anna reunir a Claire con su amor de juventud? Deberemos leer la novela para saberlo. Las páginas de este libro son, sin duda, un canto al primer amor y a la belleza de la vida; la cual consiste en arriesgar, tomar decisiones difíciles, afrontar problemas y reír o llorar sin ningún motivo aparente. Aunque, sobre todo, vivir es amar, amar intensamente y comer chocolate junto a la torre Eiffel.
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